Al menos seis personas murieron en Indonesia debido a una serie de erupciones volcánicas que se han intensificado en la remota isla de Flores, según informó el lunes la Agencia Nacional de Gestión de Desastres de Indonesia.
La erupción en el monte Lewotobi Laki Laki justo después de la medianoche del domingo al lunes expulsó una densa ceniza marrón que alcanzó los 2.000 metros (6.500 pies) de altitud. Las cenizas calientes alcanzaron un pueblo cercano e incendiaron varios edificios, incluyendo un convento de monjas católicas, dijo Firman Yosef, un funcionario en el puesto de observación del monte Lewotobi Laki Laki.
La agencia de manejo de desastres redujo el número conocido de muertos de un informe anterior de nueve tras recibir información actualizada de las autoridades locales. Indicó que aún se estaba recopilando información sobre la magnitud de las víctimas y los daños, mientras los reportes de medios locales indicaban que había más gente sepultada en casas derrumbadas.
Las autoridades también elevaron el nivel de alerta y ampliaron la zona de peligro para el monte Lewotobi Laki Laki el lunes, tras una serie de erupciones que comenzaron la semana pasada.
La agencia de monitoreo de volcanes del país aumentó el estado de alerta del volcán al nivel más alto y más que duplicó la zona de exclusión a un radio de 7 kilómetros (4,3 millas) después de la medianoche a medida que las erupciones se volvían más frecuentes.
Al menos 10.000 personas han resultado afectadas por la erupción en el distrito de Wulanggitang, en las seis aldeas cercanas de Pululera, Nawokote, Hokeng Jaya, Klatanlo, Boru y Boru Kedang, según la agencia.
En el Distrito de Ile Bura, cuatro aldeas sufrieron daños —Dulipali, Nobo, Nurabelen y Riang Rita—, mientras que en el Distrito de Titehena afectó a las poblaciones de Konga, Kobasoma, Bokang Wolomatang y Watowara.
El material volcánico llegó a hasta 6 kilómetros (3,7 millas) desde el cráter y cubrió aldeas y pueblos cercanos con toneladas de escoria volcánica, lo que obligó a huir a la población.
Una monja en la aldea de Hokeng murió y otra estaba desaparecida, dijo Agusta Palma, responsable de la Fundación San Gabriel que supervisa los conventos en la isla mayoritariamente católica.
“Nuestras monjas salieron corriendo en pánico bajo una lluvia de ceniza volcánica en la oscuridad”, dijo Palma.
Fotos y videos que circulaban en redes sociales mostraban toneladas de escombros volcánicos que cubrían casas hasta el tejado en aldeas como Hokeng, donde el material volcánico caliente incendió viviendas.
Es la segunda erupción volcánica en Indonesia en dos semanas. El monte Marapi, en la provincia de Sumatra Occidental, uno de los volcanes más activos del país, entró en erupción el 27 de octubre y expulsó gruesas columnas de ceniza al menos tres veces que cubrieron aldeas cercanas, aunque no se reportaron víctimas.
(AP)