Los más de 13 millones de habitantes de la gran ciudad paquistaní de Lahore, la capital de la provincia de Punyab, en el noreste del país, se encuentran bajo estado de alarma por polución tras registrar este pasado viernes niveles hasta 70 veces por encima del estándar recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
El índice de la calidad del aire este domingo en Lahore es de 445, un nivel «peligroso», muy por encima de los 300 que marca el comienzo del máximo nivel de la escala de toxicidad, y las agencias meteorológicas anticipan que se moverá en niveles de riesgo (160 – 170) en los próximos días.
El sábado, no obstante, el índice llegó a alcanzar las 1.067 unidades. El nivel de contaminantes PM2.5 (las partículas que más daño causan a la salud) alcanzó las 610 unidades, 70,1 veces el nivel estándar marcado por la OMS.
De momento, el Gobierno de Punjab ya ha pedido a la población que siga las recomendaciones y anunciado este domingo el cierre durante una semana de las escuelas de primaria en Lahore.
Además del cierre de escuelas, el Gobierno ha aconsejado que la mitad de la fuerza laboral trabaje desde su casa para limitar la exposición al aire contaminado y alienta a los padres a que proporcionen máscaras a sus hijos y los mantengan adentro el mayor tiempo posible.
La ministra local Maryam Aurangzeb ha denunciado que parte de este repunte de la polución se debe a la quema de cultivos en los estados fronterizos de India. El humo, aduce, ha sido arrastrado por fuertes vientos hacia Pakistán.
El caso es que, al otro lado de la frontera, la capital de India, Nueva Delhi, también está envuelta en una capa de polución en el comienzo esta semana de la llamada «temporada de contaminación», que afecta a más de 25 millones de personas, y marcada por la deficiente calidad del aire. La ciudad registra este domingo 211 unidades del índice de calidad del aire, un nivel considerado como «muy nocivo».