La sonrisa es la carta de presentación de muchas personas. Por lo que son muchos los que ven su autoestima dañada ante la aparición de determinadas manchas en los dientes.
Así, y aunque esto es algo que tiene solución, conviene consultar a un profesional, ya que es probable que haya que realizar un tratamiento determinado. Y es que hay veces que estas manchas tienen un impacto en la salud dental de la persona.
Las manchas amarillas en los dientes se deben, en la mayoría de los casos, al deterioro del esmalte. Es decir, la capa más superficial que recubre y protege el diente. A medida que este esmalte se desgasta, los dientes pueden adquirir un tono amarillento y mostrar bordes ligeramente translúcidos. Ahora bien, esta condición no solo afecta a la apariencia estética, sino que también provoca cambios en la sensibilidad de los dientes ante estímulos de frío y calor, e incluso puede provocar dolor a la hora de ingerir alimentos dulces.
Así pues, este tipo de manchas son las más comunes y se explican a partir de diversas causas. Entre las más frecuentes se encuentra la exposición a elementos ácidos, como los presentes en el vinagre y los cítricos, así como el uso excesivo de blanqueadores dentales y la presencia de reflujo gástrico, pueden desgastar progresivamente el esmalte. Además, bebidas como el vino tinto, el café y el té tienen un alto poder de pigmentación que tiende a teñir los dientes. De igual forma, los alimentos ricos en betacarotenos, tales como hortalizas o frutas y verduras de colores vivos, también contribuyen al desarrollo de este problema. Además, el consumo de tabaco también aumenta el riesgo de tener manchas en los dientes, debido a la presencia de nicotina y alquitrán en sus compuestos.
Entre tanto, no tener una buena higiene bucal también es un factor clave a la hora de acumular placa dental. Ahora bien, realizar un cepillado agresivo con una presión excesiva también afecta negativamente al esmalte. Por último, el bruxismo, los traumatismos dentales, y el deterioro de empastes, también pueden afectar al desarrollo de manchas amarillas.
Las manchas en los dientes suelen ser más fáciles de eliminar de lo que se cree. Sin embargo, a la hora de tratarlas es fundamental identificar tanto su origen como su extensión. Así pues, la limpieza bucodental profesional es una de las alternativas más rápidas y sencillas para manchas superficiales, como aquellas provocadas por el tabaco o ciertos hábitos de alimentación.
Este procedimiento permite remover la placa y los residuos pegados al esmalte. No obstante, para que este método funcione es importante llevar una limpieza habitual y exhaustiva de forma continua. Por otra parte, el blanqueamiento dental es también una opción muy popular entre quienes buscan una solución más duradera a las manchas amarillas. Este tratamiento combina el uso de férulas con gel blanqueador aplicadas en casa y una sesión con lámpara de luz fría en la clínica, que potencia el efecto del gel. El resultado es un blanqueamiento visible que puede durar varios meses.
Finalmente, las carillas dentales son una alternativa recomendada en casos de decoloración profunda, como la ocasionada por el uso de tetraciclinas. Estas láminas delgadas se adhieren a la superficie del diente, cubriendo las manchas más resistentes