Menos de 10 segundos fue el tiempo necesario para que un delincuente hurtara una moto en el barrio porteño de Palermo, bajo la mirada de las cámaras de seguridad y frente a la casa del propietario. Con el casco puesto, el ladrón forzó el encendido con una típica yuga de metal y huyó rápidamente.
Según consta en la denuncia policial, a la que tuvo acceso Infobae, el hecho se produjo ayer minutos antes de las 22 horas en Niceto Vega al 5600. El dueño había estacionado su moto en la vereda cerca de las 5 de la tarde, asegurándola con una trabavolante como medida de seguridad.
Sin embargo, esta precaución no impidió que el delincuente actuara con rapidez.
Cuando la víctima salió de su domicilio alrededor de las 23:20 horas para buscar el vehículo, una Husqvarna Svartpilen 200 negra valuada en cuatro mil dólares, se percató de que ya no se encontraba en su lugar. Su hermano, que había pasado por la vereda poco antes, la había visto estacionada.
Afortunadamente, la víctima, identificada como T.C, de 28 años, logró acceder a las cámaras de seguridad de un local de la zona.

Las imágenes revelan que a las 21:51 horas merodeaba por la vereda un joven que llevaba un bolso: el sospechoso sacó un casco de ese bolso, se lo puso, se subió a la moto. En menos de 10 segundos, la manipuló y la arrancó. La secuencia completa en la que el delincuente aparece en el plano tiene una duración de menos de 30 segundos.
El dueño de la moto, resignado, habló sobre lo simple que fue el robo: “Meten un destornillador del tamaño de la llave, martillan y giran”, aseguró T.C en diálogo con Infobae.
Luego, agregó: “Por suerte, nunca me intentaron robar estando yo con la moto. Siempre tomo la precaución de ponerle trabadiscos con alarma, que si alguien lo golpea o se mueve la moto, empieza a sonar. Si tomaba esa precaución, no me la robaban. El aprendizaje es comprarse un trabadiscos con alarma; me sorprendió la velocidad con la que se la llevaron”.
El joven cuenta con un sistema de rastreo satelital en su moto. Minutos después del hurto, T.C constató que el vehículo se ubicaba en la Avenida Almafuerte al 800, en el barrio porteño de Nueva Pompeya.
Para la madrugada, a las 01:15, ya se encontraba en Villa Fiorito, Lomas de Zamora, la última actualización disponible sobre su localización.
El 30 de octubre pasado, desde una cámara Go Pro en su casco, un joven a bordo de una moto de altísima cilindrada transmitió en vivo por Instagram desde La Matanza una secuencia caliente, con el ronroneo de su motor a máxima potencia. La moto en cuestión era una BMW modelo S1000RR valuada en, más o menos, 50 mil dólares en el mercado online de usados. El hombre no corría por gusto: dos motochorros lo perseguían con una Honda Tornado 250 para quitarle su vehículo. Jamás podrían hacerlo, con su motor ampliamente superado. Pero la cilindrada no iba a ser un problema. En plena carrera, comenzaron a disparar.
La marcha de la BMW frenó; una de las balas impactó en la moto, lo que llevó a que perdiera su líquido refrigerante. Así, conductor y moto, cayeron al piso en la esquina de 2 de Abril y Achupallas, en González Catán. Uno de los hampones corrió para interceptar al conductor y llevarse la BMW, que pesa casi 200 kilos. Insólitamente, la levantó. Intentó arrancarla. No pudo llevársela. El desperfecto mecánico era el mismo. Entonces, escaparon en la Honda Tornado.
La DDI de La Matanza de la Policía Bonaerense comenzó una investigación de oficio al conocer las imágenes, a cargo del fiscal Fernando Garate. En los últimos días, detuvieron por el hecho a dos sospechosos, de 19 y 20 años respectivamente, acusados de los delitos de tentativa de robo y tentativa de homicidio.