Los últimos datos presentados por SIGRE a las autoridades medioambientales reflejan un aumento del 3,75 por ciento en la cantidad de envases de fármacos depositados en los contenedores blancos de las farmacias durante el primer semestre de 2024 en relación con el mismo periodo del año anterior.
Asimismo, el último sondeo mostró también que los contenedores, denominados Puntos SIGRE, recogieron una media de 108 gramos de residuos por habitante. Además confirma que el 90 por ciento de los españoles considera perjudicial para el medio ambiente tirar los medicamentos a la basura o por el desagüe.
«Esta sencilla práctica reduce el peligro que puede suponer el consumo de medicamentos sobrantes o caducados, además de evitar la contaminación de nuestros ríos y suelos, como ocurriría si los tiráramos a la basura o por el desagüe» explica el director general de SIGRE, Miguel Vega.
De acuerdo a la normativa vigente, la distribución farmacéutica es la encargada de recoger de las farmacias los residuos de medicamentos y sus envases que los ciudadanos han ido depositando en los Puntos SIGRE. Una vez recogidos, son trasladados a sus almacenes y depositados allí en contenedores estanco, ubicados a su vez en una zona especialmente identificada de sus instalaciones y separada de los productos farmacéuticos.
Desde ahí, gestores autorizados los llevan hasta la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos situada en Tudela de Duero (Valladolid). En estas instalaciones, la aplicación de la inteligencia artificial, la robótica en la separación y clasificación de los residuos permiten ya reciclar casi el 70 por ciento de los envases.
Aquellos restos de envases que no pueden reciclarse y los restos de medicamentos se aprovechan como fuente de energía, de manera que se evita el consumo de combustibles fósiles.